2019
02 May.2019 - 04 Ago.2019
Artistas
La práctica de Ida Ekblad (Oslo, 1980) se desenvuelve dentro de parámetros relativos al tiempo y al trabajo. Articulando abiertamente la acción física del quehacer artístico, la búsqueda, el descubrimiento y el ensamble, Ekblad reúne imágenes y objetos tomados del presente, así como elementos que hacen referencia a la historia del arte moderno, siempre con miras a nuestro acontecer cotidiano.
En su obra, influencias históricas (Odilon Redon, Paula Modersohn-Becker, Marie Laurencin, Paul Thek, Harriet Backer, Florine Stettheimer, Helen Frankenthaler, los talleres vieneses Wiener Werkstätte y las artesanías nórdicas) se entrelazan con manifestaciones de la cultura contemporánea, de tal manera que el estampado textil y recortes de revistas viejas se mezclan con jeroglíficos, grafiti, portadas de viniles y elementos de diseño gráfico. En su obra más reciente, Ida Ekblad se ha centrado en estudiar archivos históricos que recuperan fragmentos de vajillas antiguas de barcos hundidos en Noruega, así como piezas en croché, incluyéndolos en su obra tanto escultórica como pictórica.
Para su exposición en el Museo Tamayo, titulada Blood Optics, Ida Ekblad produjo una nueva serie de pinturas de gran formato en las que emplea colores brillantes y una técnica que ella llama Puff Paint (pintura textil inflada), la cual se ha convertido en una suerte de sello distintivo. Su procedimiento es emplear calentadores industriales dentro de su estudio para hacer que la base plástica del material reaccione al calor, creciendo hasta dar una apariencia de relieve o 3D.
Paralelamente, en su obra escultórica Ekblad contrae una diversidad de espacios y atmósferas, utilizando como molde elementos cotidianos, e incluso banales (como un carrito de supermercado), llenándolos de una mezcla de cemento fresco en la que va incorporando objetos desechados e inservibles durante el proceso de secado. La base de su trabajo escultórico es un universo de escombros y de esqueletos de metal, así como una carrera contra los procesos entrópicos y el tiempo.
Cabe aquí indicar que muchos de sus títulos provienen de poemas que ella misma escribe, los cuales eventualmente trasmutan en canciones o se esconden dentro de sus pinturas, pero no aparecen directamente en la obra.
Para la exposición Blood Optics, Ekblad ha generado una serie de obras nuevas, como la escultura monumental Pools and Curves, que se ubica en los jardines del museo y que alude directamente a la cultura skate al unir dos elementos básicos para esta práctica: las albercas vacías y las aceras curvas.
En el marco general del programa del Museo Tamayo, Blood Optics pertenece a una serie de exposiciones que se han presentado en los últimos 4 años y que buscan tender puentes entre dos formas de entender el arte contemporáneo, representadas en la colección del museo: una, registrada en la obra que legó el maestro Rufino Tamayo a principios de los años 1980, basada aún en la distinción clásica entre pintura, escultura y dibujo, y otra que, en México, comenzó a prefigurar las prácticas actuales ya en los años 1990.