2010
07 Sep.2010 - 06 Mar.2011
Curaduría
La marquesa salió a las cinco… es parte de la serie de exposiciones titulada “Acercamientos al acervo“, que tiene como fin indagar y activar la colección del Museo Tamayo. Para su realización, la curadora Daniela Pérez y el artista Jorge Méndez Blake (Guadalajara, 1974) seleccionaron trabajar con una parte poco visitada del acervo del Museo Tamayo: su biblioteca.
Entre los objetos pertenecientes a Rufino Tamayo que se incorporaron a la colección del museo luego del fallecimiento del artista en 1991, como parte de una donación que realizara su familia, se encuentra su biblioteca con más de 400 ejemplares. Esta colección está resguardada bajo acceso restringido en el Centro de Documentación del Museo Tamayo. Partiendo del constante interés de Méndez Blake por investigar los usos y formas de los libros como objetos que se relacionan con otros elementos en un mismo espacio, así como el estudio de la literatura clásica, la ficción, la historia y el paisaje entre otros temas, el artista desarrolla un proyecto en el que acentúa los sentidos de un contexto construido.
Hace casi veinte años el Centro de Documentación del Museo Tamayo recibió en resguardo una colección de libros pertenecientes a Rufino Tamayo, que el artista conservó en su casa de San Ángel en la Ciudad de México. Incorporada a la colección permanente del museo, esta biblioteca sirve como punto de partida para La marquesa salió a las cinco…, un proyecto del artista Jorge Méndez Blake (radicado en Guadalajara, México). Esta exposición es la segunda de la serie Acercamientos al acervo del museo –para la cual curadores, artistas, escritores y otros creativos son invitados a investigar la colección y realizar un proyecto inédito.
La exposición La marquesa salió a las cinco… retoma desde su título un comentario de Paul Valéry en el que destaca que él jamás escribiría una frase así. La postura de este escritor francés, reacia ante los hechos triviales en la literatura, deja claro que a cada letra, palabra, línea o cuartilla que un autor escribe, toman estilo y curso los eventos de una narrativa. El comentario de Valéry, protagónico en esta exposición, problematiza la escritura a varios niveles: ¿Qué narrar? ¿Por qué narrar? ¿Cuál es la literatura relevante; para quién y por qué?
La metodología artística de Méndez Blake consiste en investigar los usos y las formas de los libros como objetos que interactúan con otros elementos en un mismo espacio. De ahí surge la apertura hacia posibilidades arquitectónicas y sentidos de una estructura de conocimiento como lo es el de una biblioteca. Al recorrer la exposición, que simula una biblioteca, el visitante se convierte en un lector de lo que Méndez Blake llama “comentarios”: conversaciones –materializadas en esculturas e instalaciones– que sostiene con obras del acervo.
Además, el artista incorpora libros accesibles que el público puede leer, junto con libros de la biblioteca Tamayo que son inalcanzables, elevados en ruina. La literatura también se hace presente en un par de textos comisionados a dos escritores, quienes incluyeron el título de la exposición y un elemento del acervo del museo. Por otra parte, una serie de textos explicativos, que se encuentran en salas, revelan algunas de las narrativas entretejidas en distintas zonas a lo largo del espacio.
Las historias al margen son el motivo de las conversaciones entre los comentarios de Méndez Blake y las obras de la colección. Esta biblioteca establece coincidencias, relaciones alternas y ficciones, al dar uso de la página en blanco como espacio que potencia la cancelación de la trivialidad. La marquesa (que) salió a las cinco… destaca la postura del hacer después del dejar de hacer y la del leer lo que se ha dejado de escribir.