2009
12 Feb.2009 - 13 Sep.2009
Artistas
Curaduría
Lleno de humor, juegos visuales y empatía, el arte de Liliana Porter (Buenos Aires, 1941) utiliza pequeños recursos para entablar grandes interrogantes filosóficas. Estas obras crean inusitadas yuxtaposiciones –entre grabados y dibujos, objetos y pinturas, o fotografías y juguetes–, las cuales sirven para cuestionar nuestra percepción de la realidad y nuestra comprensión de cómo funciona la representación. La línea juega un rol significativo en las investigaciones de Porter. En varios trabajos, la línea se usa para reproducir diagramas de objetos o figuras; en otras, es usada como un puente visual entre el espacio físico de la sala de exposición y el espacio virtual de representación.
Preguntas en torno al tiempo y sus afinidades —espacio, memoria, mortalidad— resuenan estas obras. Conocedora profunda de la literatura de su compatriota Jorge Luis Borges (1899-1986), Porter comprende el tiempo como una construcción mental y, como tal, es específicamente no lineal. Mediante repeticiones, inversiones de secuencias temporales y ubicaciones poco comunes de objetos que encarnan periodos históricos y contextos divergentes, estas obras buscan polemizar sobre nuestra dependencia de una comprensión del tiempo lineal o progresivo.
Una línea de tiempo es un auxiliar gráfico que ayuda a organizar visualmente el tiempo secuencial. Esta exposición toma su nombre de esta herramienta visual como una manera de enfatizar el uso que hace Porter tanto de la línea como del tiempo. Sin embargo, inspirada en la práctica de la artista, esta retrospectiva no sigue una secuencia histórica, sino que destaca las repeticiones; intereses formales y conceptuales que reaparecen en distintos tiempos, a lo largo de cuarenta años de su producción.