2013
10 Oct.2013 - 16 Mar.2014
Artistas
Curaduría
La obra de Rita McBride se articula como una práctica expandida de la escultura, a partir de su redefinición en el siglo XX, la cual se entrelaza con episodios de la historia de la arquitectura moderna. La selección de obras incluidas en esta exposición gira sobre dos ejes desplegados hacia lo que la artista ha categorizado como “posiciones”, para determinar los distintos cuerpos de trabajo que ha producido en los últimos 25 años. El primer eje aborda la lógica de la escultura a través de su vinculación histórica con la función conmemorativa del monumento y su transición durante la modernidad hacia una condición de pérdida de lugar y falta de emplazamiento, como lo describió la teórica Rosalind Krauss. El segundo eje explora las implicaciones del término équipement (equipamiento) en la redefinición funcionalista que hizo Le Corbusier de la arquitectura, el mobiliario y el diseño interior.
La obra de McBride exhibe contradicciones frente a su condición escultórica y crea tensiones con la arquitectura, donde la escultura se posiciona en una suerte de doble vínculo en relación con ésta. La figura de Le Corbusier
—uno de los pensadores esenciales de la modernidad en el campo de la arquitectura— es una referencia central en su trabajo precisamente en esta disyuntiva entre lo escultural y lo arquitectónico desde donde opera la obra de la artista.
La mayor parte de las piezas incluidas en Transacción pública ofrecen un inventario de las diversas aproximaciones de McBride al concepto corbusiano de equipamiento, apropiándose del aspecto programático del diseño para destacar las diversas posiciones que definen su producción. Sus diferentes series de esculturas, producidas desde el inicio de los años noventa, toman la forma de plantas de interior, tragaluces, ductos de ventilación, estructuras de estacionamiento, cajas de electricidad y telecomunicaciones, resaltando la funcionalidad de estos elementos arquitectónicos mediante un proceso inverso al transformarlos en objetos estéticos, despojándolos de su función.
La obra de McBride sugiere una crítica de la arquitectura moderna en cuanto a sus imperativos de producción en masa, estandarización y la retícula como principio organizador. Sin embargo, en series como White Elephant (1999), Glass Conduits (1999-2003) y Servants and Slaves (2002-2003), la artista emprende una validación diferente de lo moderno, que se acerca a la visión del filósofo alemán Peter Sloterdijk para quien el conocimiento de la atmósfera –en su definición general como la capa de aire que envuelve a la Tierra– es un aspecto constitutivo de la modernidad, una manera de develar las estructuras invisibles que rigen nuestras vidas. Los ductos y los conductos de McBride parecen materializar la condición atmosférica de lo moderno, traduciéndola a su forma escultural. Su proyecto escultórico podría entonces describirse según el análisis de Sloterdijk como un campo para el despliegue de la tarea fundamental de la modernidad; aquella de hacer explícito lo implícito.